Pinocho de Guillermo del Toro
Cine

Pinocho de Guillermo del Toro

Tallar arte a través del celuloide

La historia de Pinocho fue escrita por el periodista Carlo Collodi y publicada, de forma seriada, en un diario italiano entre 1881 y 1883 bajo el título Storia di un Burattino (Historia de un títere), pero, la marioneta viviente se volvió popular hasta 1940 a través de Disney, que realizó una adaptación en la que nos presentó a un muñeco de madera, fabricado por el carpintero Geppetto, llamado Pinocho, que anhelaba en convertirse en un niño de verdad.

Durante años, la propuesta de la compañía del ratón nos hizo adoptar la imagen de un Pinocho de cara tierna parecido más a un niño que a un muñeco de madera, pero este 2022, el cineasta mexicano Guillermo del Toro presenta otra versión (muy a su estilo) de una historia, que él mismo ha pronunciado, se puede contar de muchas maneras. El resultado: más que un filme, es una obra de arte.

LA IMAGEN

Por medio de la técnica stop motion, del Toro narra las aventuras de Pinocho, que, aunque, se basa en el cuento original, realiza evidentes adaptaciones que le añaden otros matices al protagonista, que lejos de imitar a los dibujos animados ya propuestos, se desmarca, presentándolo, en el caso de Pinocho, más físicamente, semejante al tronco de un árbol que a un niño de verdad. El protagonista de del Toro, no es visualmente a lo que se le puede considerar bonito, pero sí resulta tierno. Lo mismo sucede con Sebastián J Grillo (Pepe Grillo), el mexicano lo muestra más parecido a un insecto real que a un dibujo animado.

Sobre la imagen, es preciso decir que resulta exquisita en detalles, con una paleta de color más sombría, Guillermo del Toro propone escenarios nostálgicos que tratan de reflejar a una Italia fascista, época en la que se desarrolla la historia del niño de madera cuya alma le fue prestada para que paleara el sufrimiento de Geppetto, un anciano carpintero que perdió a su hijo Carlo durante un bombardeo mientras esculpía en madera la imagen de un cristo crucificado en la iglesia de un pueblo al que no iba dirigido el ataque, pero en que los aviones decidieron aligerar el peso dejando caer algunas bombas al azar.

El viejo Geppetto, desolado, se refugia en el alcohol y azotado por la tristeza y la desesperación, decide terminar con su soledad fabricándose, para él mismo, un muñeco de madera, que mágicamente de la noche a la mañana cobra vida.

Cabe mencionar que Guillermo del Toro tardó 15 años en terminar este filme, fueron varios factores los que prolongaron el tiempo de su estreno, además de que la técnica con la que está hecha requiere, justo eso, tiempo, además de extremada precisión y paciencia; el stop motion consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos mediante la realización de una serie de fotografías, por lo que cada una de las escenas demanda. Por ejemplo, sin hacer spoiler, en una toma en la que se involucra al personaje Spazzatura (un pequeño mono que al principio detesta a Pinocho), se invirtieron nueve meses para alcanzar el resultado que ya se puede apreciar a través de Netflix.

Esta película se tardó en filmar 15 años, la mitad de mi carrera, porque se quiso demostrar que la animación es arte, la animación es cine y no es un género hecho para niños, sino, un medio que nos va a permitir hablar cosas profundas, dolorosas, hermosas de manera más adulta”, pronunció el mismo Guillermo del Toro a los medios.

EL MENSAJE

Más oscura y madura, así se podría definir a esta nueva versión de Pinocho. Hay mensajes contundentes dentro de la historia, por ejemplo, que la bondad siempre triunfa. Y que una persona que es buena, no es sinónimo de obediente. El miedo a lo desconocido y el asumir las consecuencias de nuestros actos, también, son parte del trasfondo de un filme lleno de metáforas que aborda temáticas complejas, tales como la guerra y la muerte.

Con un Pinocho distinto, el cineasta mexicano no sólo trabajó arduamente en el peso visual de su nueva propuesta cinematográfica, sino que de una forma armoniosa regala al espectador una forma y un fondo perfectamente equilibrados que dejan la sensación de estar frente a una película que, posiblemente, se convierta en una de las mejores adaptaciones de la historia de este clásico literario italiano.

¿Pinocho de Guillermo del Toro es una película para niños? Es una pregunta que ha saltado de la mano de su estreno, a lo que el mismo cineasta ha respondido que no es un filme que se pueda encasillar sólo al público infantil, sino que se trata de un producto que puede ser admirado por toda la familia. Y es que la película propone muchos matices. Aunque del Toro es cuidadoso, no deja de apostar por una historia más profunda que expone situaciones que son difíciles de comprender por las infancias, pero que él trata de explicar de una manera más simple, aunque, en ciertos momentos, con un tono muy filosófico.

Un ejemplo de lo anterior es la escena en la que Pinocho se para frente al cristo crucificado de madera, después de ayudar a Geppetto a repararlo luego de que la bomba que cayó en la iglesia le mutilara un brazo. Ante el rechazo que ha sufrido por la gente de pueblo por considerarlo antinatural, Pinocho no entiende por qué el personaje clavado en la cruz sí es arropado por la población y el no, si al final de cuentas, piensa, ambos están hechos de madera.

LOS PERSONAJES

A diferencia de la película de Disney de 1940, el remake de Guillermo del Toro propone más trabajo en el desarrollo de los personajes, por lo cual es posible ver, por ejemplo, a un Geppetto tratar de reponerse a la depresión y al alcoholismo que adopta por ver morir a su hijo, su único compañero de vida, un rasgo que humaniza más al personaje del carpintero.

Por su parte, el Pinocho de del Toro no es solo un niño inocente, si no un individuo que percibe y trata de adaptarse al mundo que lo rodea, en muchas ocasiones tomando malas decisiones, pero que su capacidad de aprender de ellas es lo que le va inyectando madurez.

Pinocho vive una lucha por ser aceptado y se involucra en situaciones que al final no lo definen, pero que metafóricamente lo llevan a cincelarse hasta en convertirse en una mejor versión de sí mismo, al final entiende, porque Geppetto se lo explica, que no tiene que esforzarse para que el mundo lo quiera, pues todo aquel que se de la oportunidad de conocerlo lo amara por ser como es.

La aceptación y la resiliencia son algunas de las moralejas de este filme que está conquistando los corazones de chicos y grandes. Un trabajo a la altura de uno de los mejores cineastas mexicanos, que en esta ocasión regala no un filme, sino toda una obra de arte.

Cabe mencionar que este filme conquistó los Golden Globe al ganar el premio como mejor película animada. 

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