Predicciones confusas
Opinión

Predicciones confusas

Jaque Mate

Nunca hagas predicciones, especialmente sobre el futuro”. La frase ha sido atribuida muchas veces a Niels Bohr, Mark Twain, Yogi Berra e incluso Nostradamus. No hay indicación de que alguno la haya pronunciado o escrito, pero ciertamente la afirmación es atractiva y contundente. Debería ser suficiente para impedirnos hacer predicciones al inicio de cada año, pero nunca ha convencido de su error a la miríada de personajes que aprovechan los primeros días de enero para ofrecer sus previsiones.

La historia, sin embargo, se mueve siempre por cauces sorprendentes. Por eso, los profesionales que hacen predicciones anuales, como los economistas de la Secretaría de Hacienda, se pasan el primer semestre argumentando las razones de sus cifras y el segundo explicando por qué sus previsiones no se fructificaron.

En los primeros días de 2020, por ejemplo, los especialistas veían ese año con optimismo. El Fondo Monetario Internacional pronosticaba que la actividad económica mundial, tras un desempeño decepcionante de 2.9 por ciento en 2019, pasaría a una expansión de 3.3 por ciento. Nadie esperaba que un extraño virus, o más bien coronavirus, que en ese momento carecía incluso de nombre, se extendería como incendio forestal por todo el mundo y provocaría la pandemia más importante desde la gripe española de 1918-1919. Hubo en 2022 millones de muertes por arriba de la norma en el mundo y, debido a los cierres de fronteras y actividades económicas, la economía global sufrió un colapso de 3.3 por ciento. El informe anual del FMI señaló que 2020 había sido “un año como ninguno”.

Pero cada año es diferente, aunque de maneras muy distintas. En enero de 2022 el FMI pronosticaba una tasa de crecimiento global de 4.4 por ciento, nada mal en las comparaciones históricas. Sin embargo, así como nadie previó la pandemia de 2020, tampoco nadie pensó a principios de 2022 que, al presidente de Rusia, Vladimir Putin, se le ocurriría invadir Ucrania. Nadie predijo, por supuesto, lo que podría ocurrir tras una invasión así, especialmente si buena parte del mundo declaraba un embargo comercial a Rusia que provocaría un disparo de los precios del petróleo y el gas. Estos hechos, que no se consideraron en su momento, han provocado una escalada inflacionaria, una subida muy fuerte de las tasas de interés y una desaceleración de la economía que ha empezado a sentirse en 2022, pero que puede ser peor en 2023.

Quizá haya que empezar este 2023 haciendo confesión de ignorancia humana ante el futuro. Aun así, quizá haya que señalar que la economía de Estados Unidos, y la de México, han resultado más vigorosas ante los problemas económicos de 2022 de lo que habría cabido esperar. La Unión Americana es, de alguna manera, la locomotora de Norteamérica y tira de la economía de nuestro país. México se ha convertido, por otra parte, en el destino de las inversiones errantes que salen de China para buscar una nueva patria desde la cual mandar sus productos al mayor mercado del mundo. El nearshoring favorecerá de manera inevitable al vecino del sur de los Estados Unidos.

Pero cuidado. Las inversiones extranjeras son solo una pequeña parte de la inversión fija total. Mientras el gobierno de López Obrador siga impulsando medidas que frenan la inversión, México no podrá alcanzar su potencial económico. ¡Lástima! Ningún país puede vivir eternamente de las remesas, aunque estas remesas se hayan convertido en los últimos tiempos en uno de los puntos más brillantes de la economía nacional.

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