La naranja mecánica
Literatura

La naranja mecánica

La novela que el cine transformó en fábula

Una escabrosa escena: El afilado perfil de Michel McDowell que exhalaba un aire frío mientras enunciaba "¡Oh! ¿Y qué tiene de apestoso este mundo?", mientras a sus pies, retenido por un bastón amenazante, un vagabundo gimoteaba, amenazado por el arma de su propia paliza. El viejo, temeroso y apestoso ante la risa de los delincuentes exclamaba su odio a vivir en este apestoso mundo, un mundo que permitía a los jóvenes, como ellos, golpear a los viejos, como él. Los hombres antes poblaban la tierra y construían torres cual Babel para alcanzar la grandeza de Dios, pero los hombres de hoy prefieren girar alrededor de la luna, como palomillas iluminadas por la reflexión natural. Todo ello sin prestar atención a las leyes del orden y del mundo. Posteriormente el vago sería golpeado hasta el cansancio por nuestros protagonistas

El proscenio de lo anterior: La Naranja Mecánica, la cual fue presentada como un ensayo sobre la construcción y ejecución de la moral, esta se vio deformada por la visión del cine al recibir una adaptación fílmica. Probablemente Stanley Kubrick se haya convertido en uno de los directores más influyentes del moderno celuloide, sin embargo, la mayoría de sus obras, adaptaciones fílmicas de libros, terminarían por generar roces con sus autores intelectuales, tal es el caso de Stephen King con El Resplandor. Situación que se repetiría con Anthony Burguess autor de La Naranja Mecánica, quién se lamentaría de ver su obra deformada.

Si bien no es la obra más destacable del autor, según él, tuvo que aprender a vivir con la polémica discursiva de su obra prohibiéndose en muchos países como Inglaterra o incluso la España franquista, sin olvidar la fuerte censura que le costó un capítulo entero a la obra en los Estados Unidos. La obra es considerada parte del grupo de novelas distópicas británicas como lo son 1984 de George Orwell o Un mundo feliz de Aldous Huxley.

Sinopsis

¿Y ahora qué pasa, eh?” Estaban Alex, Pete, Georgie y el Lerdo, quien realmente era lerdo, sentados en un rincón de muerte que lleva por nombre Bar Korova que, adepto a la no venta de alcohol, ofrecía Moloko Plus, un tropiezo de producto lácteo entremezclado con drogas sacadas del quinto infierno como el velocent, synthemesco y el drencrom. Nuestro protagonista es Alex, un pedazo de libertino, inadaptado social y que gasta sus noches entre atracos y ponerse lucido en conjunto a sus drugos (amigos en la jerga nadsat). Nuestro joven se enfrentará con las desgracias de sus iracundos comportamientos, llevando a este amante de la música clásica y el unodos a ser encarcelado tras una noche de gatos, traiciones y una herida bábuchca.

Traicionado por sus amigos, habiendo decepcionado a sus padres y a su asesor postcorrectivo, Alex termina en las manos de la corrección abusiva del estado donde se autoconvencerá de una reivindicación, casi divina, tras haber pasado tiempo de calidad con el clérigo de la prisión. Buscando exentarse de su condena, Alex se hará participe de un experimento gubernamental que denigrará su condicionante humana sobre una praxis relacionada a un forzado condicionamiento psicológico, una oportuna prueba humana del perro de Pávlov. Una experimentación sobre el comportamiento y la (in)condición humana.

Hay pecado supongo, pero el castigo fue del todo desproporcionado. Te han convertido en algo que ya no es una criatura humana. Ya no estás en condiciones de elegir. Estás obligado a tener una conducta que la sociedad considera aceptable, y eres una maquinita que sólo puede hacer el bien. Comprendo claramente el asunto... Todo ese juego de los condicionamientos marginales. La música y el acto sexual, la literatura y el arte, ahora ya no son fuente de placer sino de dolor”.

Construcción y destrucción

¿Y ahora qué pasa, eh?” Nuestro autor de nombre John Anthony Burguess Wilson, nació en Harpurhey, ubicado en centro de la ciudad londinense de Manchester. Su madre, Elizabeth Burguess, que se desempeñaba como cantante y bailarina. Y su padre Joseph Wilson que tocaba el piano en salas de música, serían la fuerte de inspiración para el gusto de Burguess por la música, en especial la clásica, llevándole a componer su primera sinfonía a la edad de 18 años. Se educó en la Xaverian Collage y en la Universidad de Manchester licenciándose en 1940 tras haber estudiado Literatura Inglesa.

Posteriormente, ingresó al Cuerpo Médico de Ejército Real Británico y al Cuerpo Educacional del Ejercito. Durante este periodo contrajo nupcias con su primera esposa y fue director musical de la banda del ejército. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Burguess se trasladó junto con su esposa a Brunéi y Malasia, donde ejerció de oficial de educación. Pero el rumbo de su vida cambió el año 1959 donde tras un desmayo se enteró de que albergaba un tumor cerebral inoperable que le ofreció un diagnóstico poco esperanzador respecto a su tiempo de vida.

Asolado por estas constantes recaídas tomó la decisión de escribir cuanta novela pudiese con el único fin de proveerle a su esposa los derechos de sus obras como un sustento económico para toda su vida. Esto le llevó a producir casi más de cinco libros en un mismo año, llegando, incluso, a escribir otras obras como Time for a Tiger (1956), The Doctor Sick (1960) y The Warm and the Ring (1960). Sin embargo, su vida daría un cambio tras la publicación, en 1962, de La Naranja Mecánica (A Clockwork Orange).

Antes de ello habría que regresar a 1961. Abandonado la docencia para dedicarse de pleno a la escritura, Burguess regresó a la ciudad que lo vio nacer tras muchos años fuera. Con 44 años el autor notaría en su tierra una juventud distinta a la que él le tocó vivir. Las calles se encontraban plagadas de una nueva cultura de postguerra que aglomeraba a las juventudes entre la música pop y el rock.

Los nuevos movimientos sociales y las modas de la época se retorcían espasmódicamente al ritmo de bandas como The Animals, The Beatles o los Stones. Esto sería de inspiración para la próxima obra del autor, que en parte rescataba un suceso trágico sucedido hace años a su esposa, quien fue asaltada y abusada en 1944 por un grupo de marines estadounidenses.

La Naranja Mecánica sería una obra que explicaría cuestiones como la libre voluntad, la moral y la manipulación de los individuos por sistemas de represión como lo político e incluso lo eclesiástico, todo ello bajo un explosivo ambiente de excesos sumados a una decadente atmósfera sofisticada londinense. Burguess cuestionaría la naturaleza del hombre a través de la época jovial donde el individuo decide su rumbo, ¿Ser un creador o un destructor? Eh ahí el dilema. Y todo ello a través de una dialéctica juvenil propia aplicada con el uso del nadsat, un ejercicio lingüístico por parte del autor resultado de entremezclar vocablos y fonemas del ruso y el inglés.

21

¿Y ahora qué pasa, eh?” Habían pasado 10 años desde la publicación de la obra, y un Stanley Kubrick, director de cine estadounidense que venía de consagrase por películas como Spartacus (1960), Dr. Strangelove (1964) y 2001: Odisea en el espacio (1968), se encargó de adaptar la novela de Burguess. La película, controversial al igual que la mayoría las producciones del cineasta antes de convertirse en culto, impulsó con mayor fuerza una obra que, fuera de Estados Unidos, se sentió en pantalla inconsistente y prematura, debido a que el metraje de Kubrick se adaptaba de una obra incompleta.

Diez años atrás (1961), Anthony se contactó con un editor en Nueva York que se encargaría de distribuir su obra en tierra americana, sin embargo, le condicionó la publicación a cambio de suprimir el desenlace de la obra: quitar el capítulo 21. Necesitado de dinero y comprendiendo las pocas probabilidades de que otro editor considerara su obra, aceptó. Esta se consideraría la razón principal de que el espectro americano fuese participe de un fenómeno de ideología forzada que terminó de enterrar las intenciones de un autor sobre su obra.

En la introducción que podemos encontrar actualmente en las obras impresas, subtitulada La naranja mecánica exprimida de nuevo, el autor explica las problemáticas ideológicas de su libro hacía la publicación americana. El desenlace ofrece un crecimiento ¿Qué somos? ¿Creación o destrucción? Pero para su editor estadounidense el libro de Burguess era muy británico, blando y renunciaba a la figura del hombre como ser impenitente.

Su novela era una perspectiva, según el autor, kennediana, que aceptaba una noción de progreso moral y que además iba en contra de un deseo estadounidense de perspectiva nixoniana, sin hilo de optimismo.

Pero el libro también guarda una lección moral, la tradicional repetición de la importancia de la elección moral. Es precisamente el hecho de que esa lección destaca tanto la que me hace menospreciar a veces La naranja mecánica como una obra demasiado didáctica para ser artística.’’, Burguess sobre su obra .

La naranja mecánica norteamericana, o de Kubrick, es considerada una fábula, mientras que la británica es una novela.

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