Celos infantiles
Familia

Celos infantiles

Cuando los hermanos menores llegan

Hablar de celos es entender que se trata de todas esas sensaciones que se hacen presentes cuando aparecen sentimientos de preocupación, miedo o inseguridad de perder un estatus o algo que representa un gran valor para la persona, generalmente esto sucede por una relación humana. Los celos son una respuesta ante la amenaza que significa un nuevo rival.

Cuando se trata específicamente de la llegada de un nuevo bebé a la familia es común que estos celos aparezcan por parte de los hermanos mayores. Si bien, el nacimiento de un integrante más de la familia representa una gran alegría, también trae consigo una serie de alteraciones a la rutina y la estructura familiar que había antes.

De hermanos menores a mayores

Para los niños este suceso conlleva grandes cambios a los cuales resulta común que sea difícil de adaptarse. Los niños que eran hijos únicos pasan a ser los hermanos mayores, y en el caso de los que eran los hijos menores, ahora se convierten en el hijo del medio. De igual manera, los padres se ven obligados a dividir la atención y cuidados entre sus hijos.

Debido a todos los cambios que se realizan con el nuevo integrante, es entendible que el comportamiento de los niños se vea afectado, aquí es cuando los celos se hacen presentes. Este sentimiento ocasionará todos los cambios en la actitud del niño, provocando incluso que regresen a etapas que ya habían sido superadas.

Algunos ejemplos de lo que puede ocurrir son:

  • El carácter del niño se vuelve más irritable y sensible, pueden llorar con mayor facilidad y a veces, hasta sin tener un motivo para hacerlo. El comportamiento puede convertirse en hostil o afectuoso.

  • Muestran rechazo hacia uno de sus padres, exigen hacer cosas solamente con uno de ellos y reclaman únicamente solo la atención de uno de los dos.

  • Empiezan a molestar a los hermanos pequeños haciéndoles travesuras como quitarles el chupón o despertarlos cuando están dormidos. Algunos incluso pueden llegar a regañarlos sintiendo una autoridad sobre ellos. En unos casos sucede todo lo contrario, ignoran completamente al bebé.

  • Sienten la necesidad de ser ayudados en tareas que ya hacían ellos mismos, por ejemplo, ir al baño o usar una voz más infantil. Este comportamiento solo es el reflejo de las ideas del niño donde cree que si se comporta de nuevo como un bebé, recibirá más atención tal y como la recibe ahora el hermano menor.

  • Aparece la somatización, es decir, malestares físicos sin ninguna justificación.

  • Tienen problemas para conciliar el sueño o para alimentarse correctamente.

  • Muestran indiferencia hacia las actividades o los temas que antes les interesaban.

Estas acciones son simple reacción a los cambios en las rutinas familiares, no hay razón para alarmarse demasiado, lo que se debe hacer ahora es atender y saber cómo gestionar los celos que sienten los hermanos mayores, la forma de reaccionar de los padres reducirá o aumentará los cambios de comportamiento que tienen los niños, por lo que es necesario saber actuar correctamente.

El portal del Colegio Villalkor menciona que se debe recordar que esta etapa en donde se presentan todos estos comportamientos tendrán una duración aproximada de no más de un año, todos estos sentimientos serán reemplazados por amor y alegría. Sin embargo, cuando esta situación no mejora aún con el pasar de los meses, se deberá buscar ayuda profesional.

Prevenir los comportamientos negativos

Una clave para reducir o evitar que los niños tengan actitudes negativas es anticiparles lo que sucederá. Es importante que los hijos reciban información de lo que significa ser un hermano mayor, algunas de las cosas que pueden ayudar con esto es visitar a familias que tengan hijos pequeños, llevarlo a las citas médicas donde pueda escuchar el corazón del bebé, darle a conocer los posibles nombres que se tienen pensados, involucrarlo en las compras y acomodo de las cosas que serán utilizadas por el bebé, etcétera. Un punto clave es mostrarles fotografías de cuando ellos eran unos bebés y explicarles que ellos también necesitaron cuidados específicos.

Si es el caso donde los niños se encuentran un etapa evolutiva, por ejemplo quitar el pañal, será necesario que se el proceso se lleve a cabo antes del nacimiento, o bien, aplazarlo una vez que el bebé lleve tiempo en casa.

Algunas recomendaciones que deben llevarse a cabo para sobrellevar los cambios son:

  • Tratar de mantener las rutinas de los niños lo más parecido a lo que se acostumbraba.

  • No idealizar los beneficios de tener hermanos. Es común oír a los padres decirles a sus hijos que ‘ya tendrán a alguien con quien jugar’, esto debe evitarse, pues para llegar a eso tiene que pasar tiempo, en un principio, el bebé no es un compañero de juegos.

  • Incluirlos en algunas tareas del cuidado del bebé y hacerlo sentir que la ayuda que proporciona es importante.

  • Evitar siempre la comparación entre hermanos, esto implica también prevenir decir cosas como que debe cuidar de su hermano por el simple hecho de ser mayor.

  • Permitir que se acerque al bebé para que lo conozca, dejar que lo tome de la mano o que le de besos.

  • Destinar tiempo y energía para pasar momentos con los hijos, incluso pueden ser actividades que involucren a toda la familia, de este modo los harán sentirse queridos, valorados y seguros.

  • Prestar atención a los comportamientos sanos e ignorar aquellos en donde los niños actúan como si estuvieran en la etapa de bebés.

  • No castigar y no gritarle a los niños cuando demuestre sus celos.

  • Recordar a familiares o amigos cercanos que cuando hagan visitas para ver al recién nacido, no se olviden de ponerle atención también al hermano mayor.

  • Crear un espacio de confianza donde se sientan libres de expresar sus sentimientos y miedos a través de dibujos, juegos o diálogos, de este modo, podrán atenderse de forma adecuada sus necesidades.

Aprender a gestionar las emociones y acciones de los hijos hará que los cambios a los que se enfrentan se vuelvan oportunidades en donde se aprendan estrategias para el desarrollo sano de los niños, además de hacerlos más fuertes y competentes.

Síndrome del príncipe destronado

De acuerdo con el sitio web de El País, no se trata como tal de un síndrome, sino que se refiere a un proceso de adaptación y maduración en la evolución de los niños, el co-director del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra, José Manuel Moreno Villares, explica que esto es una fase de aclimatación al nuevo contexto familiar al que el niño se enfrenta, menciona también que esto no solamente ocurre cuando nace el segundo hijo, se puede presentar con cualquier hermano sin importar el orden de nacimiento.

Este suceso forma parte del proceso de aprendizaje por el que atraviesan todas las personas, los celos que se presentan cuando esto ocurre pueden manifestarse sin importar la edad del niño, además, José Moreno explica que esta rivalidad que llega a presentarse entre hermanos se trata de un asunto de supervivencia que todas las personas llevan en los genes, un niño depende totalmente de un adulto, por lo que, cuando ve llegar a alguien más que también recibirá la atención y cuidados de los padres, el hijo ve amenazada su supervivencia, es por esta razón que los celos se hacen presentes, pues suponen un modo de sobrevivir.

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