Una fobia es una manera de llamar a un temor, aunque no se trata de un temor cualquiera, las fobias producen un miedo extremo a algo o una situación en específico. Se trata de un miedo que es difícil de eliminar. Tener fobia a cualquier cosa ocasiona que haya un gran temor cada vez que se experimente o se vea eso que es motivo de pánico.
Se puede considerar a las fobias como un tipo de trastorno de ansiedad. Las personas que tienen alguna fobia siempre tratan de evitar enfrentarse a ese objeto o situación que les causa miedo. Generalmente, todas las fobias tienen sus orígenes en la infancia o en la adolescencia y perduran hasta la adultez.
Es importante diferenciar a las fobias de los miedos, estos últimos son comunes durante el desarrollo de los niños. Los miedos aparecen en determinados periodos de edad, generalmente, estos temores suelen ser pasajeros y desaparecen con el paso del tiempo, además tienen una baja intensidad, estos temores son conocidos como miedos evolutivos y cumplen con una función biológica.
Detección de fobias
De acuerdo con el portal de la revista Eres Mamá, para poder asegurarse que el temor al que se enfrentan los niños es una fobia y no un miedo evolutivo, es necesario prestar atención a las siguientes claves que descifrarán que se están enfrentando a algo peor que un miedo pasajero:
-
El niño experimenta una angustia y malestar excesivo cuando siente temor.
-
Siempre trata de evitar cualquier cosa que tenga que ver con lo que teme, escapa de ello lo antes posible.
-
El miedo que siente es tan grande que interfiere en sus actividades diarias, lo que no le permite vivir con tranquilidad, esto puede ocasionar diferentes problemas como insomnio o dificultades para relacionarse con otras personas.
-
A pesar del tiempo, el miedo no disminuye, sino que sucede lo contrario, hay un incremento.
¿Por qué se ocasionan?
Como ocurre en todos los fenómenos psicológicos, los factores que ocasionan el problema de las fobias son demasiados que no hay una sola razón para explicar el surgimiento de estas. En muchas ocasiones se relacionan con la experiencia de haber vivido alguna circunstancia traumática que se relacione con ese objeto o situación temida. El contexto familiar puede ser uno de los causantes de las fobias, ya que se pueden transmitir de generación en generación porque los más pequeños observan a qué cosas les temen los otros integrantes de la familia y adoptan ese miedo también.
Hay algunas ocasiones en las que las fobias aparecen como respuesta a miedos hacia cosas más complejas, por lo que el temor se coloca en un objeto en específico, pues al centrar ese miedo en una cosa en concreto, es más fácil tener un control de la ansiedad que les genera esta sensación de miedo.
Algunos científicos suponen que los genes de las personas son capaces de conservar una relación con las fobias, por lo que son transmitidas a los hijos a través de estos. Hay más probabilidad que las mujeres padezcan de una fobia antes que los hombres. De igual manera, algo a considerar es la personalidad de cada niño, los que son más tímidos, introvertidos y retraídos son más propensos a desarrollarlas.
En ocasiones, las fobias pueden ser parte de cuadros psiquiátricos como la psicosis o el trastorno del espectro autista, cuando esto sucede, la relevancia del temor no se centra en la conducta de los niños sino en el objeto o la situación fóbica así como la intensidad que hay en sus reacciones. Los niños que tienen este tipo de trastornos suelen sentir fobia por cosas o sucesos cotidianos, por ejemplo, escuchar una canción.
¿Cómo ayudar a los niños?
De acuerdo con el portal de El País, el miembro de la Asociación de Pediatría del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Iván Carabaño, explica que entre un tres y 15 por ciento de los niños, padecen una fobia. Dentro de las más comunes se pueden encontrar la fobia a los animales, fobias ambientales como lo son a las lluvias o tormentas, y por último, las fobias situacionales, por ejemplo, sentir temor cuando se encuentran en espacios abiertos.
Algo que puede ayudar a los niños con su proceso de superación a sus fobias es ver que los padres se enfrente a ese algo que les provoca tanto miedo, de este modo les reflejarán seguridad y confianza, esto sin dejar de darle la importancia adecuada a estos temores que tienen los infantes, es necesario evitar a toda costa los regaños por tener miedo y no realizar comentarios negativos.
Algunos pasos que hay que seguir para brindarles un apoyo que sí les sea eficiente es:
-
Reconocer y entender el miedo: los padres deben explicarles correctamente que sentir miedo es algo totalmente normal, ayudar a que identifique todas las sensaciones que experimenta cuando se siente amenazado así como los pensamientos que pasan por su mente.
-
Motivar a enfrentar los miedos: poco a poco ir acercando al niño a que se enfrente a eso que lo hace sentir temeroso, acompañarlo en todo el proceso es importante. No olvidar que se trata de un procedimiento que lleva tiempo y que el nivel de dificultad irá subiendo conforme vaya avanzando.
-
Ser firmes: para los padres es difícil ver a sus hijos con miedo, sin embargo, mantener una postura firme es necesario para poder acercarse a ayudar a los niños a enfrentar sus temores, eliminando la pena que se siente al verlo así.
-
Enseñar con el ejemplo: como padres es importante mostrar a los hijos una actitud de valentía al enfrentar las cosas que les da miedo, de este modo, los niños irán aprendiendo que hacer frente a los temores es bueno para que no se vean superados por este.
-
Ayuda profesional: es necesario acudir con profesionales cuando las fobias son mucho más grandes que los niños, o cuando ellos mismos se encuentran en una postura firme de no querer hacer algo para vencer los miedos. Si esto sucede, acudir con un psicólogo infantil que ayude a encontrar las soluciones adecuadas para ayudar al niño con su proceso de superación será la mejor opción.
Tratamiento
Como se mencionó en el punto anterior, cuando se vuelve indispensable buscar a profesionales, será necesario llevar a cabo lo siguiente en conjunto con los niños, los padres y la escuela:
-
Psicoeducación para padres e hijos: ayudará a encontrar el origen de los temores y las razones de estos mismos. Conocer esto servirá para facilitar y manejar de mejor manera el proceso.
-
Terapia cognitivo-conductual (TCC): la relación con la situación o el objeto al que le tienen fobia es la base de las terapias, resulta más eficaz este tipo de técnicas en donde se expone al niño con eso al que le tiene miedo de forma gradual favorecerá el control de emociones como el estrés, que es algo que los niños por ser inmaduros no pueden manejar fácilmente. Se solicita que los padres participen en esto para brindarle confianza a los hijos.
-
Fármacos: estos sólo serán necesarios cuando los síntomas son incapacitantes y no se pueda llevar la TCC, cuando haya alguna comorbilidad grave o cuando ya haya ideas suicidas. Los medicamentos de primera línea para esto son los inhibidores selectivos de recapacitación de serotonina.
No existe un método como tal para prevenir las fobias, pero la detección e intervención a tiempo reducen considerablemente los síntomas, en consecuencia, mejora el desarrollo y crecimiento normal de los niños, su calidad de vida aumenta.
Comentarios