Tecnología contra la soledad
Reportaje

Tecnología contra la soledad

Pantallas y máquinas que venden compañía

La creatividad humana enfrenta el mundo actual y sus dificultades, mismo que es complejo en su forma extensa o en terrenos mucho más íntimos. La soledad es un problema que aqueja a gran parte de la población mundial y del que no se hablaba hasta que se notan sus alcances.

Frente a esta crisis silenciosa se ha intentado ofrecer una avanzada de todo tipo de productos de consumo. El avance tecnológico se vende como solución a todo problema humano, pero tiende a cambiar más profundamente la vida en vez de ir a la raíz del problema, convirtiéndose, paradójicamente, en causante de la misma soledad que está intentando resolver.

Al mismo tiempo, causa y efecto

Pero, ¿es verdad que la tecnología causa soledad? Bajo la simple idea de que hace más fácil la vida y ofrece herramientas sin necesidad de recurrir a la ayuda de personas, se podría pensar que, en efecto, es causa de parte de la soledad contemporánea. Las formas de comunicación, trabajos y proyectos de todo tipo se pueden hacer mediante aplicaciones, videollamadas, programas y páginas de Internet.

Sin embargo, en casos específicos, la tecnología se relaciona con niveles más bajos de soledad, y, como consecuencia, mejor salud en general, menor presencia de enfermedades crónicas y síntomas depresivos. Según un estudio de la Universidad Estatal de Michigan publicado en la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking en 2016, los adultos mayores pueden verse beneficiados con el uso de correo electrónico, Facebook, servicios de videollamadas y mensajería instantánea.

Por otro lado, quienes se pueden ver afectados son los jóvenes, debido a que, en la etapa en que están, la interacción social es importante para su desarrollo. En el caso de adolescentes, la conexión por Internet suele hacer frente a problemas normales de esa etapa como la vergüenza o la ansiedad social, pero sin hacer que estos problemas disminuyan.

Sustituir en esta etapa las interacciones sociales por contactos a través de la web, no reduce la sensación de soledad, según la psicóloga de la Universidad de Chicago, Louise Hawkley. De hecho, esta sustitución tiene la posibilidad de deteriorar las interacciones en persona, entorpecer el proceso de conocer personas o dificultar el comportamiento social.

Como en casi cualquier terreno desde el que se investigue la soledad, parece haber nuevas paradojas. La tecnología y la gran conectividad de la que podemos ser partícipes, puede empeorar la soledad.

Un estudio dirigido por Lara Youssef para la revista científica BMC Psychology (2020), muestra que existe una relación profunda entre la percepción de soledad y la adicción a las redes sociales.

La alternativa que ofrece este estudio, es favorecer más la utilización de las redes sociales para fines específicos en vez de utilizarlas diariamente como mero método de evasión o entretenimiento. La difusión de eventos, consultar a personas sobre algo en específico, buscar ayuda, fuentes de empleo o colaboración, son usos valiosos que pueden alejarnos tanto de la adicción, como de la sensación de soledad.

En 2017, un estudio de la Universidad de Pittsburgh dirigido por el investigador Brian Primack, advirtió que el uso excesivo de las redes sociales produce daño social, y sus usuarios frecuentes son tres veces más propensos a sentir soledad que sus usuarios casuales.

El estudio de la Universidad de Arizona ¿Qué viene primero: depresión o adicción al teléfono inteligente? de 2019, señala que el uso compulsivo de nuestros celulares predice significativamente una futura sensación de soledad y depresión.

A este punto, es un cliché decirlo: la tecnología por sí sola, no tiene consecuencias negativas, sino que su uso abusivo degenera en condiciones poco óptimas para el desarrollo humano.

La conclusión a la que se puede llegar al respecto, hasta el momento, es que al apuntar hacia síntomas de la soledad para mejorar la calidad de vida, se está olvidando el problema en sí; la soledad tiene raíces más complejas que seguirán estando si únicamente se atienden sus efectos.

Amigos y acompañantes por contrato

Estamos rodeados todo el tiempo por redes sociales. Son un tema tan frecuente, que cansa. Pero, ¿qué ocurre con otro tipo de tecnologías relacionadas con la soledad? El mundo actual está tecnologizando todos los aspectos de la vida humana. La soledad no únicamente está relacionada únicamente con los medios de comunicación.

Rent a Friend, fundado en 2009 por Scott Rosenbaum, es un sitio web que ofrece contratar a una persona como “amigo” por una tarifa acordada entre los dos involucrados, pudiendo compartir algún momento típico entre amigos, como una caminata o la asistencia a algún evento social.

The People Walker intenta ser más específico al ofrecer una alternativa a las redes sociales y “favorecer” la interacción cara a cara. Es una aplicación creada por Chuck McCarthy, quien se ha aprovechado de la epidemia de soledad que está aquejando a Estados Unidos (o tal vez sólo encontró un nicho de negocio en crecimiento aunque altamente controversial). En esta aplicación, las personas ofrecen sus servicios para pasear con otras, cobrando entre siete y veintiún dólares.

Sidewalk Talk, fundada por la terapeuta Tracy Ruble, facilita voluntarios capacitados para ofrecer un contacto empático y con nociones básicas sobre problemas mentales, sentados en sillas en espacios públicos para mantener conversaciones con quienes quieran ser escuchados. Ruble ofreció este servicio como mero experimento social y, ante la respuesta positiva, se ha convertido en una empresaria, y su proyecto es un negocio que, según la terapeuta, únicamente de esta manera puede crecer y ofrecer a más personas este tipo de compañía especializada.

Una verdadera pionera en este sector es la empresa japonesa Family Romance, que ha inspirado empresas de su tipo en Estados Unidos. Ofrece actores para situaciones sociales, e incluso como sustitutos de familiares (por ejemplo, padres desaparecidos). Los casos que dan más ingresos a la empresa son, sin embargo, algo un poco más común, pero no por ello menos impresionante: sus clientes alquilan, por lo menos 50 veces al mes, personas para que aparezcan en sus fotos para redes sociales.

Amigos de las máquinas

Hasta ahora, las tendencias solitarias de Estados Unidos se relacionan con el modo de vida individualista que llevan, mientras que Japón tiene una relación complicada con la soledad cuyas raíces se remontan a las altas exigencias sociales y a la exclusión de quienes no cumplen con los estándares. La educación, las relaciones de pareja o trabajo, todas las etapas de la vida en ese país están estrechamente relacionadas con la búsqueda del éxito, y el aislamiento se cierne como una de las alternativas desesperadas en caso de no poder recuperarse del fracaso.

Un fuerte valor impuesto en esta sociedad, es el de respetar el espacio de los demás. En un intento por “no molestar” o “no entrometerse”, se llega a un exceso que se suma a las tendencias solitarias de sus habitantes. Es debido a esto que las relaciones amistosas y de pareja son difíciles de llevar.

En respuesta a estas dificultades, el país ha intentado mejorar las condiciones de soledad con avances tecnológicos y servicios. Fribo es un robot con el que el usuario que lo ha comprado tiene la posibilidad de conectarse con alguien que también tiene un Fribo; el robot los anima a socializar entre ellos.

<img  src="https://siglonuevo.mx/galeria/2022/07/10239_m.jpg" style="width:100%;">

Algunos esfuerzos se alejan de la epidemia de soledad, para atender a quienes sufren de ella debido a otros factores. La empresa israelí Intuit Robotics, por su parte, diseñó el robot ElliQ en 2021, cuyo objetivo específico es acompañar la vejez. Hace recordatorios para la toma de medicamentos, de agua o demás cuidados necesarios, además de animar a que la persona a su cuidado siga juegos de estimulación cognitiva para evitar, entre otras cosas, la pérdida de memoria.

Paro es un robot interactivo en forma de foca blanca, mejorado por medio de inteligencia artificial, que responde a estímulos. Con sensores de luz, táctiles, auditivos, de temperatura y de postura que le sirven para su objetivo: proporcionar los mismos beneficios que tienen las mascotas terapéuticas. Como un animal de compañía, se espera que disminuya el estrés, la salud del corazón y la sensación de soledad.

El gran negocio en torno a la soledad

La soledad se está convirtiendo en un negocio bastante rentable. Los antecedentes de este fenómeno están claros. Antes, la soledad parecía ser parte de una simple curiosidad. Las personas que la vivían eran (y siguen siendo a pesar de su proliferación) vistos como personas raras y poco atractivas o interesantes. El trasfondo y la realidad que hace visible el crecimiento de este mal, es preocupante, e implica un déficit en la empatía y un crecimiento del individualismo generalizados.

Las almohadas llamadas Dakimakura, son largas y su objetivo es acompañar a su usuario para que pueda abrazarla. Suelen estar impresas con personajes.

Algunas llamadas boyfriend pillow (novio almohada) o body pillow (cuerpo almohada) están hechas con forma humana para simular con mayor precisión un torso, unas piernas o un brazo por medio de los cuales se pueda sentir el tacto de una persona, o algo así. Aunque parezca una broma extraña, son productos que se promocionan y venden a un nicho de mercado que existe y persiste.

La compañía japonesa Gatebox ofrece una especie de lámpara con una “esposa holográfica” que funciona por medio de inteligencia artificial, a la manera de la película Her, una historia rápidamente alcanzada por la realidad.

Sin embargo, analizando la situación, los antecedentes de un gran negocio de la soledad, estuvieron presentes todo el tiempo. El servicios de scorts, acompañantes para eventos sociales, con o sin prostitución, se encontraba funcionando décadas atrás. Los chats con personas de todo el mundo, los grupos con entradas sobre temas específicos, el entretenimiento de todo tipo, todo lo anterior, estaba allí tanto para quienes buscaban evadirse un momento, como para personas solitarias que podrían hacer una vida alrededor de estos servicios.

El negocio de la pornografía, los chats sexuales y el auge de Onlyfans, estaban ya dirigidos hacia personas solitarias, o por lo menos muchos de ellos son sus consumidores más activos. El uso de este tipo de entretenimiento puede traer consigo la adicción al mismo, que se encuentra también en crecimiento y a la que están vulnerables las personas que sufren de soledad.

La existencia del término Simp, es otro resultado del crecimiento de la soledad y de su beneficio económico. Simp, es el nombre surgido en Internet, asignado a una persona que se esfuerza demasiado por impresionar a alguien, a veces donando dinero o haciendo regalos. Las celebridades de Internet se ven beneficiadas por este tipo de “donaciones”, a veces teniendo ganancias altas.

El consumo de contenido en redes ya se dirigía a aprovecharse hasta del más mínimo momento de soledad que pueda tener cualquier persona. Los Daily vlogs son contenido popular desde hace por lo menos una década, y consiste en mostrar el día a día de una persona mediante videos.

Los podcast, en auge más recientemente durante la última pandemia, más específicamente la modalidad just chatting, se trata de escuchar personas hablar de temas diversos, sin un guión o bajo la premisa de mantener una conversación lo más espontánea posible.

El white noise o ruido blanco, se utiliza para relajar al usuario, manteniendo un ruido constante pero no molesto que le permite dormir. Este tipo de contenidos en la web, fungen de forma parecida al uso de la televisión como ruido de fondo. La costumbre de dejar este aparato prendido sin ponerle atención, implica hacer ruido para sentir un estímulo y evadir el silencio en que podemos estar en ocasiones, pero que puede ser molesto o inquietante para algunas personas.

El ASMR es contenido realizado para personas que no pueden dormir, realizando sonidos o susurros que activan una respuesta sensorial que relaja a sus espectadores. Lo que lo relaciona con la soledad, es que en este tipo de videos existen los llamados role playing, es decir, que el realizador toma el papel de acompañante, amigo, pareja o cualquier otro, hablándole directamente al usuario como si estuviera interactuando con él.

Todo indica que el problema de la soledad se está volviendo un tema que llama la atención hoy en día, y que por lo mismo se trata en los medios masivos. A veces abordado desde un punto de vista profesional y de salud, asimismo desde el consumo irónico, el problema se presenta de manera constante.

Parte del problema está, precisamente, en que estamos bloqueando las sensaciones adversas, por mínimas que sean (un pequeño momento de aburrimiento o soledad), y estamos reemplazándolas por una sensación placentera rápida.

El mismo estigma que tiene la soledad, ha hecho posible que se haya dejado de lado por tanto tiempo, y la manera en que se está transformando nuestra sociedad a una cada vez más solitaria y que mercantiliza cualquier aspecto de la vida, tiene resultados cada vez más visibles.

Un fármaco contra la soledad

Utilizamos píldoras para contrarrestar o desaparecer síntomas que afectan la calidad de vida. Así mejoramos el sueño y la calidad de este, pero yendo por ese mismo camino, la humanidad está en un punto en que intenta hacer frente también a factores psicológicos. Las píldoras contra la soledad, son un hecho, y son uno de los avances que más pueden parecer una curiosidad. No es para menos, ya que este avance que se encuentra aún en ensayos clínicos, es señalado por los medios como una mera estrategia de mercadotecnia, mientras que The Guardian lo trata desde los casos en los que podría ser de ayuda: con personas que desde la pandemia están trabajando desde casa y que no se pueden separar de una vida mayormente solitaria.

Aclarando, la manera en que es posible influir en la soledad no tiene que ver con un efecto misterioso, sino que ataca el síntoma generado a través de la percepción de la soledad: atacando el estrés generado por la situación.

400 mg de pregnanolina administrada por vía oral, parece ser una de las respuestas ante la creciente ola de soledad, misma que al reducir el estrés, reduce el exceso de cortisol causado por la soledad y que puede influir en la falta de sueño y en un estado emocional irritable.

La ciencia de la soledad

Habría que separar los conceptos de soledad y aislamiento; o hacer una distinción necesaria entre el tiempo a solas y la sensación de soledad, incluso, únicamente percibida, que se presenta como un dolor social. Según el artículo The lonely society?, publicado por la Mental Health Foundation en 2010 por Jo Griffin, el lenguaje finlandés (de una región que de hecho es problemática en cuanto al problema del aislamiento), no cuenta con una distinción como si la tiene el inglés, entre solitude y loneliness, siendo la segunda aquella palabra relacionada con el dolor social del que se ha hablado.

La soledad puede ser beneficiosa para la salud. Significa un espacio para la reflexión, para internalizar situaciones de la vida y conectar con nuestros pensamientos, sentimientos y aprendizajes de forma más profunda. Además nos sirve para tener un descanso necesario de la interacción con otras personas, misma que es agotadora.

Lo anterior no excluye el hecho de que el ser humano es un ser social, es decir, que así como el tiempo a solas le puede ser beneficioso, la interacción con otros es sumamente necesaria para una vida de calidad y para mantener la salud mental.

El efecto adverso, es un dolor emocional que se ocasiona al prolongarse la soledad. Es normal sentir soledad en diferentes ocasiones, puesto que la búsqueda de compañía es un mecanismo evolutivo.

Según la investigadora holandesa Jenny de Jong-Gierveld, la soledad es una situación experimentada por el individuo como aquella en la que hay una falta desagradable o inadmisible de calidad en sus relaciones, tomando en cuenta situaciones en las que el número de relaciones existentes es menor de lo que considera deseable, o en las que el grado de conexión esperada no se alcanza.

Existe una soledad que se puede ver como objetiva: una menor interacción o contacto con personas. Pero existe también una soledad percibida. Es de vital importancia la manera en que el individuo experimenta y evalúa su propio aislamiento y falta de comunicación con las personas.

Puesto que desde etapas tempranas de la humanidad, organizarnos y cooperar en grupo hacía más fácil la supervivencia, cuando nos encontramos solos por mucho tiempo, el cerebro interpreta que nos encontramos también vulnerables y avisa de este peligro.

El dolor social es una respuesta fisiológica ante la soledad y el rechazo, que advierte la importancia que debemos darle a cubrir nuestras necesidades sociales. Por otra parte, nuestro rol en la sociedad hace que podamos ser valiosos para los grupos en que nos desenvolvemos, por lo que autopercibirse como una persona solitaria conlleva también un estigma.

Según el libro Soledad: la naturaleza humana y la necesidad por conexión social de los investigadores y neurocientíficos John Cacioppo y William Patrick, es equiparable el dolor que se experimenta a nivel emocional debido a la soledad al dolor físico. Implica una amenaza crónica debido a la hipervigilancia que genera el riesgo a la evaluación social negativa. Lo anterior implica una mayor respuesta de cortisol que dificulta el proceso del sueño (La soledad importa: Una revisión empírica y teórica de consecuencias y mecanismos, 2010).

Según The lonely society?, el 60 por ciento de personas entre 18 y 34 años en Inglaterra se sienten solas constantemente. Mientras que un 46 por ciento de la población total de Estados Unidos se siente sola a menudo, según el Cigna U.S. Loneliness Index de 2021. Según Cacioppo, un 25 por ciento de los estadounidenses dice no tener un solo confidente, es decir, que no cuentan ni con una sola persona para abrirse en temas personales.

El estrés provocado por la soledad crónica, según Cacioppo, es uno de los factores más dañinos para la salud humana. Acelera el envejecimiento y afecta al sistema inmunológico, haciéndonos más propensos a enfermedades comunes y agravando la posibilidad de contraer enfermedades como el cáncer o el Alzheimer.

Los peligros del individualismo

La soledad puede ser adictiva”, es una frase que circula en redes sociales como algo positivo y relacionado con el desarrollo personal, y si bien no se equivoca del todo, deja de lado un ciclo en el que podemos envolvernos y se han envuelto las personas en el aumento actual de soledad que se ha visto en los últimos años alrededor de todo el mundo.

Dentro de la soledad crónica, el individuo busca sobrevivir, por lo que se adapta lo mejor que puede a una situación para la que no está preparado y que es contraria a la naturaleza social del ser humano.

El cerebro, habiendo aprendido que se encuentra solo, intenta encontrar señales en el exterior que puedan ser preocupantes y trata de ver en el lenguaje corporal de las personas alrededor señales de rechazo o agresividad.

Entramos en estado defensivo e incluso se tiende a la irritabilidad, o, por otro lado, cambiamos nuestro comportamiento, tendiendo a mostrar una cara más egocéntrica o antipática. En esta situación adversa, lo que nos ayuda a sobrevivir en soledad, paradójicamente nos aísla más del resto de las personas.

En Suecia el 40 por ciento de las personas viven solas. En ese país, durante la segunda mitad del siglo XX, se ha entendido el progreso de una manera bastante peculiar; estas ideas no tienen un origen en común, pero sí se ha llegado a conclusiones parecidas en otros países desarrollados.

El resultado es un aumento del individualismo como un modo de comprender la vida humana y el progreso. La razón lógica de este fenómeno, es que se buscó el bienestar de cada individuo de manera que no dependiera de los demás.

Haciendo uso de las políticas sociales y del estado de bienestar (mecanismo por medio del cuál, el estado garantiza la satisfacción de las necesidades básicas de cada individuo).

El estado de bienestar, la confianza en sus instituciones y su desarrollo económico, aunado a las características culturales de este país, tienen como resultado que su población haga de lado las relaciones entre familiares y amigos como medios para sustentarse en caso de necesitar apoyo en cualquier aspecto. El estado se transforma así en el protector más importante, y la población se convierte en una de las más solitarias del mundo.

El individualismo de estado es una ideología que impulsa una alianza entre el estado y el individuo, mediante el principio básico de que un estado lo suficientemente fuerte puede proveer al individuo de una mayor autonomía y libertad personales, más que exigirle un comunitarismo con el qué sustentar al estado y sus políticas.

Uno de los ideales actuales es, precisamente, uno que ofrece el estado, la capacidad de las personas de ser autosuficientes sin que deban mantener una familia o hijos, y que vean por sí mismos para buscar su propia felicidad y ser lo que les gustaría ser sin ataduras. Este pensamiento es uno seguido por las últimas generaciones y que, sin embargo, tiene su lado problemático en el individualismo extremo.

La Teoría Sueca del Amor, es un documental de 2015 dirigido por Erik Gandini, que ofrece una visión crítica sobre esta sociedad y establece vínculos entre los anteriores factores y la epidemia de soledad que se vive en los países nórdicos. Los resultados de una organización social tan profundamente trastocada por los anteriores factores e ideas, es, además de un aumento preocupante de la soledad y sus consecuencias en la salud de la población, un espacio enorme para el individualismo.

Peligros como la muerte temprana y las muertes en soledad, aumentan en este tipo de contextos. Las muertes de las que la comunidad no se entera o prefiere ignorar el hecho, son señales inequívocas de una desconexión que afecta la salud física y mental de las países desarrollados y afectando a las personas más vulnerables (en situación de calle por ejemplo) en Latinoamérica.

Antídotos reales contra la soledad

Las soluciones más realistas son a largo plazo. Son aquellas que atienden el problema de raíz y no sólo sus efectos. Según la terapeuta de dialéctica conductual Karyn Hall, al reconocer el círculo vicioso de la soledad se está dando un primer paso para aceptarla, se puede reconocer antes que se extienda o una vez que ha tomado relevancia en nuestra vida diaria.

Pero sobre todo se trata de aceptar que en algún momento nos sentiremos solos, y que no tiene nada negativo pasar por este tipo de sensaciones. Aceptarlas sin querer evadirlas con placeres momentáneos, es una manera de hacerle frente.

Todo tiene que ver con analizar cómo nos percibimos. Si nos sentimos solitarios o si realmente hay una baja conexión con las personas, y adecuarnos más a los grupos que se tienen disponibles, alejándose de pensamientos que únicamente nos separan de los demás.

Nadie piensa como yo”, “nadie me comprende”, son ideas que pueden sumir a las personas en la soledad, pero también pueden sentirse como una autoafirmación egocéntrica que nos separa más de los demás. Si realmente, se pone atención alrededor, nos daremos cuenta que nos parecemos, tal vez más de lo que se esperaba, a los demás.

Comentarios