Las definiciones pueden variar en sus términos pero la idea esencial es que se trata del conjunto de actividades que permiten que las ideas creativas se transformen en bienes y servicios culturales cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual más que por su valor de uso. Al menos así es como la interpreta el británico John Howkins, considerado el padre de la economía creativa.
Se le puede describir a grandes rasgos como la combinación de arte y patrimonio a la que se suman las industrias culturales y se agregan nuevos medios y software.
En su catálogo de vetas a aprovechar están la arquitectura, las artes visuales y las escénicas, el cine, las artesanías, el diseño editorial, la investigación y el desarrollo, los juegos y los juguetes, la moda, la música, la publicidad, el software, la televisión, la radio, los videojuegos.
Para ser claros, hablar de economía creativa es hablar de economía naranja, un sector que en 2011, generó a nivel global 4.3 billones de dólares algo así como el 120 por ciento de la economía de Alemania o dos veces y media lo destinado a gastos militares en el mundo.
Su variado catálogo de opciones registró, entre 2002 y 2011, un crecimiento de exportaciones del 134 por ciento, de acuerdo a datos de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
El Banco Interamericano de Desarrollo lleva más de una década promocionando sus bondades. Los datos presentados líneas arriba fueron extraídos de una de sus publicaciones titulada La economía naranja: una oportunidad infinita.
El propósito de ese libro elaborado por Felipe Buitrago e Iván Duque y puesto en la estantería digital en 2013 era generar un debate en América Latina y el Caribe a partir de una idea: la creatividad como elemento integral del desarrollo económico y social.
En el Ecosistema Naranja, explican los autores, la oferta (creación), la demanda (el goce) y las instituciones (el entorno) quedan unidas por un único elemento: la propiedad intelectual. La economía creativa, reiteran, representa una riqueza enorme basada en el talento, la conectividad, la herencia cultural y los derechos legales sobre las creaciones de la mente.
En 2011, las exportaciones de bienes y servicios creativos representaron 646 mil millones de dólares, cifra suficiente para hacer de ellos la quinta mercancía más transada del planeta, por debajo de las siguientes categorías: 1.- Combustibles minerales, petróleo, productos destilados. 2.- Equipos eléctricos y electrónicos. 3.- Maquinaria, reactores nucleares, plantas térmicas, y demás. 4.- Vehículos, excluyendo trenes y similares.
Los investigadores destacan que el comercio creativo es menos volátil que el regular. Aseguran que soportó la crisis financiera global mejor que sectores como el petrolífero.
La creciente conectividad es uno de los principales aliados de esta forma de producir. Un dato es revelador en ese sentido: el comercio de servicios creativos crece 70 por ciento más rápido que el de bienes creativos, y estas transacciones se concretan de manera creciente a través de Internet.
MASAS
Industrias del séptimo arte como Hollywood en Estados Unidos, Bollywood en India y Nollywood en Nigeria producen en conjunto más de 4 mil películas anuales: más de ochenta películas por semana. Los ingresos por taquilla que obtienen sus producciones alcanzan miles de millones de dólares en todo el mundo.
Los videojuegos son otro campo de referencia, en la exploración de las aventuras digitales se va el 70 por ciento del tiempo de uso de las tabletas.
Set de filmación de Interstellar, que recaudó 677.5 millones de dólares en taquilla. Foto: interstellarfilm
Un ejemplo más: el costo total de construcción de la represa de las Tres Gargantas en China fue de 25 mil millones de dólares. El proyecto tardó tres décadas en materializarse, desde su aprobación en 2002 hasta su conclusión en 2012.
En el mismo periodo, los diez musicales más exitosos en Broadway, con Cats, Los miserables y La bella y la bestia a la cabeza, tuvieron ingresos de taquilla y mercadería en Nueva York y Londres por 26 mil 900 millones de dólares.
Otro dato de consideración es el que aporta el Cirque du Soleil. Ésta empresa de entretenimiento emplea a más de 5 mil personas y reporta ventas que superan los 800 millones de dólares anuales.
Los autores comentan que como la relación entre economía y cultura no es evidente, “sus oportunidades son ampliamente desconocidas”. En las recomendaciones que hacen al respecto señalan que faltan marcos prácticos para diseñar políticas que aprovechen sus oportunidades de desarrollo social y económico.
REALIDAD
Las industrias culturales y creativas, según la Unesco, son aquellas que combinan la creación, la producción y la comercialización de contenidos creativos que sean intangibles y de naturaleza cultural. Son contenidos normalmente protegidos por el derecho de autor y pueden tomar la forma de un bien o servicio. Incluyen toda producción artística o cultural, la arquitectura y la publicidad.
En este sector caben la pintura y el performance, los festivales y los carnavales, un circo, una orquesta, la gastronomía, las antigüedades, los productos típicos y los happenings. También hay lugar para la producción de libros, periódicos, revistas, las librerías, radio, cine, televisión, la producción de videos.
El diseño de productos como joyas o juguetes, el diseño de interiores o el industrial, los videojuegos, la publicidad, los contenidos interactivos audiovisuales, forman parte del catálogo. Las opciones pues, son muy variadas.
Puesta en escena del musical Cats. Foto: Joan Marcus
El mundo cambia a un ritmo difícil de seguir, el que marcan las tecnologías. La dinámica de cambios rápidos genera oportunidades y en ese momento la producción de bienes creativos se vuelve un fenómeno económicamente relevante. Transformar ideas en beneficios, la base de la economía naranja es una respuesta a las dificultades que las innovaciones tecnológicas son capaces de generar y que se traducen como desempleo, migración económica e inestabilidad social.
El “naranja” de su nombre se debe a que se asocia a ese color con la cultura, la creatividad y la identidad.
Buitrago y Duque se dan tiempo para explicar que la relación entre economía y cultura suele entenderse como el enfrentamiento entre seres antagónicos. Sin embargo, señalan, son caras de la misma moneda: “Una es la representación abstracta de su valor simbólico, la otra es su validación cuantitativamente precisa”.
REUNIÓN EN EL SUR
El coautor de la publicación del BID, Iván Duque, es hoy el presidente de Colombia, y una de las banderas de su administración es, justamente, la economía naranja.
Ese país del cono sur “vive un momento increíble musicalmente hablando. Somos los mayores exportadores de música de Latinoamérica y por eso era imposible no tener una operación para acompañar ese proceso", indicó el director de sincronización de Warner/Chappell Music Colombia, Daniel Mora.
"Las expectativas de la región están puestas en Colombia y eso nos genera mucha responsabilidad. Sin embargo, estamos logrando cosas con los 48 autores colombianos que tenemos", aseguró el experto.
Con estos artistas, la compañía de origen estadounidense, que ha estrenado un estudio en la nación sudamericana, ha generado un repertorio para comercializar en todo el mundo los ritmos colombianos.
Hasta diciembre del año pasado, tan sólo en la capital, el sector musical estaba conformado por 1 mil 765 empresas, de acuerdo con el Registro Mercantil de la Cámara de Comercio de Bogotá.
Ivan Duque, presidente de Colombia. Foto: Notimex
De esa cantidad, 980 se dedican a actividades de espectáculos en vivo, 304 a grabación de sonido y edición de música, 240 a creación, 183 a actividades de programación y transmisión en el servicio de radiodifusión sonora, 38 a fabricación de instrumentos y 20 a producción de copias a partir de grabaciones originales.
Según fuentes gremiales, estas empresas generaron 10 mil 011 empleos y ventas por 836 millones 766 mil pesos el año pasado (unos 276 millones de dólares).
Cifras de Invest in Bogota, agencia de promoción de inversión, destacan que entre 2007 y 2017 la ciudad recibió más de 400 millones de dólares en inversión extranjera directa para el sector de industrias creativas, monto superior al alcanzado por cualquier otra capital latinoamericana.
Tanto el Gobierno como el sector esperan que la producción se incremente debido a que "Colombia es exportador no sólo del género urbano, que es lo más evidente, sino de artistas como Monsieur Periné y Juan Pablo Vega, o incluso de Vicente García, que aunque no es colombiano vive aquí. Eso hace posible que nos vean con otra cara y que nos reconozcan por la música", puntualizó Mora.
Para dinamizar los negocios de la industria colombiana de armonías, esta semana tuvo lugar el Bogotá Music Market (BOmm), plataforma de circulación, contacto para negocios y fortalecimiento empresarial.
En ese marco se concretaron 3 mil 200 citas de negocios, participaron 281 artistas y empresarios de la industria local así como 205 compradores nacionales e internacionales.
OPORTUNIDAD
A mediados de septiembre, también en territorio colombiano, se llevó a cabo el Fórum de Cultura y Desarrollo donde los expertos locales coincidieron con los mexicanos y surcoreanos en que las industrias culturales, de las ideas y de los conocimientos se pueden desarrollar con el impulso de la cooperación internacional.
Si la economía naranja fuera un país, expusieron, sería la cuarta potencia del mundo.
En otra publicación del BID, Economía naranja: innovaciones que no sabías que eran de América Latina y el Caribe, se consigna que en 2012 los servicios basados en la creatividad generaron globalmente un total de 547 mil millones de dólares y 29.5 millones de empleos.
El número de puestos de trabajo fue equivalente al total existente en Gran Bretaña y superó al resultado de la industria automotriz combinada de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.
Para América Latina y el Caribe, la economía creativa significó 1.9 millones de puestos de trabajo en 2015, cantidad que iguala a la que genera toda la economía de Uruguay.
En este documento, el BID destaca que en la vorágine de la era digital, donde las nuevas tecnologías parecen ser lo único que habilita la innovación, lo análogo sigue reinando en varios sectores. Los investigadores del banco han encontrado que los consumidores anhelan “experiencias a través de bienes y servicios que estimulen los cinco sentidos, aunque en ocasiones resulte más costoso que su equivalente digital”.
En la evaluación sobre los alcances de la industria creativa y cultural, el BID concluye que seguirá la innovación con o sin el empleo de la tecnología.
La cuestión radica en que la sociedad civil y los sectores público y privado, así como la academia, necesitan encontrar más oportunidades de sinergias en torno a los proyectos creativos con espacios de colaboración. La mira debe enfocarse en orquestar organizaciones como laboratorios culturales, sitios de trabajo cooperativo o incubadoras aceleradoras donde el científico, el artesano, el inversionista, el comerciante y el creativo convivan, aprendan y conciban productos atractivos.
En el documento se destaca que esa es la verdadera fórmula de la innovación y una oportunidad para los emprendedores de la creatividad en Latinoamérica y el Caribe, una región llena de talento e imaginación.
“Incluso nos aventuramos a decir que estos son sus activos más valiosos”, consignan en la publicación.
Las industrias creativas y culturales de los países al sur del río Bravo tienen el potencial para ser competitivas en los mercados globales, generar empleos y mejorar la calidad de vida de las personas. Además, a través de ellas se consigue resaltar el patrimonio y la identidad cultural de los pueblos. La oportunidad demanda diseñar métodos de medición para monitorear los progresos y su valor.
En 2013, el BID lanzó el movimiento Idear Soluciones para Mejorar Vidas que tiene como objetivo reunir a algunas de las mentes más brillantes del sector naranja para plantear soluciones innovadoras. También colabora con los gobiernos para originar planes de acción con políticas coherentes que se concreten en proyectos tangibles.
Comentarios